miércoles, 18 de febrero de 2009

La moda que incomoda


Si hay un lugar interesante para ver aciertos y desaciertos en el campo del buen vestir, es una Iglesia concurrida de Buenos Aires un sábado por la noche. Boda tras boda, las amigas de la novia hacen su entrada por los laterales de la nave principal. No hay duda de que su vestuario y accesorios fueron motivo de horas de insomnio, de incertidumbre y de shopping.

La noche que tuve oportunidad de presenciar estos desfiles privados, más allá de los vestidos, más o menos bonitos, más o menos acertados, más o menos trendy, lo que llamó realmente mi atención fue su forma de caminar. En ese momento entendí cuan contundente es la afirmación que dice que más allá de lo que uno se ponga, la forma en que uno lo lleva es lo más relevante.

La mayoría trastabillaba y sus tobillos se ladeaban continuamente debido a la altura de sus tacos. Y entonces pensé que no importaba cuan chic o exclusiva fuera su ropa, porque todo quedaba opacado y perdía gracia en el cuerpo de quien se movía con tanta inseguridad.

Conclusión: no todo lo que se usa es para que lo usemos todos. Si no sabés caminar con tacos aguja, no te los pongas, porque todos los esfuerzos por lucir hermosa serán en vano. Y si sabés llevarlos, ocupate de conseguir un par de buena calidad: cómodos, con taco firme, calce y agarre perfecto. Cuando decidimos qué ponernos para una fiesta, solemos dejar el calzado para el final, cuando en realidad, de cómo pisemos dependerá todo nuestro aspecto.

Y recordá: ningún par de zapatos aporta tanta elegancia y sensualidad como un andar pausado, seguro y confiado.

Carolina
PD: El modelito es de Bruno Frisoni, colección otoño invierno 08/09: http://www.brunofrisoni.com/

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