miércoles, 11 de marzo de 2009

Veinte opciones para usar un pañuelo

El otro día leía que es un mito pensar que no hace falta mucha plata para tener un buen guardarropa o para poder llevar con gracia nuestro estilo. Si bien es verdad que se necesita una buena inversión, y que los vestidos de diseñador sientan mejor que uno de Once, también es verdad que el buen ojo y el ingenio ayudan a abaratar costos y a aparentar que hemos gastado más de lo que realmente gastamos. Para no ir más lejos, en el mismo barrio, y por la misma plata, uno puede conseguir cosas espantosas y otras inobjetables.


Conclusión: el buen criterio a la hora de elegir, sumado al ingenio a la hora de vestirse, hacen que nuestra inversión valga el doble o más. Para apoyar mi teoría, y para colaborar con las que se dan menos maña, nada menos que Hermes y sus "juegos" para pañuelos. Algunas opciones son más novedosas que otras, pero todas son interesantes y es bueno tenerlas en cuenta.



Si observamos las fotografías, todas las modelos visten prendas sumamente sencillas y sin estampar, dándo toda la atención al pañuelo. Tal como aconseja la editora de moda Cintzia Felicetti en su libro Voy de compras, "lo importante es que la atención gravite alrededor de un solo protagonista". Aprovechá para vestir simplemente con básicos y añadí el golpe de estilo con un buen pañuelo, y quizá un bolso en alguno de los colores del estampado.

Carolina
PD: Gracias a Planeta Isabelino por el dato.
Voy de compras se consigue en Librería Santa Fe y La Boutique del Libro.




martes, 10 de marzo de 2009

Preguntando se llega a Roma II


Me he cruzado con este bellísimo tapado, que me vendría más que genial para la temporada fría que se avecina. Como la foto es de una de las miles de visitantes de Première Vision, en París, me resulta más que difícil preguntarle dónde lo ha comprado.
Por lo tanto, acepto:
1. Sugerencias de dónde comprar uno similar en Buenos Aires
2. Diseñadora que se lo copie y me lo venda (a precio de amiga, ya que le di la idea)
3. Modista que me lo haga
4. Parisina que ya no quiera usarlo la próxima temporada y me lo quiera vender por algunos Euros
5. Al menos alguien que nos ilustre y nos diga de qué marca es!
Carolina

jueves, 5 de marzo de 2009

¡No tengo qué ponerme!


Si esta frase se repite en tu cabeza cada vez que tenés que salir de tu casa, entonces es momento de ordenar y renovar el guardarropa. En ese orden.

¿Te sorprende que tu placard estalle y al mismo tiempo no te ofrezca soluciones? Para comenzar, hacé este ejercicio práctico, y sabrás de verdad qué es lo que tenés en tu guardarropa.

1. Regalá todas las prendas que no usás porque no te entran, ya están pasadas de moda, te cansaron, te quedan mal, o no te convencen. Si te resistís, al menos sacalas y guardalas en una caja o en cualquier otro lugar fuera de tu placard (hasta que te des cuenta de que han estado allí por años, y te atrevas finalmente a regalarlas).

2. Separá todas aquellas que:
- necesitan plancha o tintorería
- les falta un botón o el cierre
- necesitan dobladillo, costura, etc.
- no querés tirar porque te traen recuerdos

3. Guardá en otro lugar las que son de la otra temporada (las de invierno en verano, y viceversa).

Ahora sí: ¿sorprendida? ¿cuántas prendas te quedaron? Si todavía tenés el 50 %, sos afortunada. Lo (poquito) que ves ahora colgado, es lo que realmente tenés en tu guardarropa.

Lo que hemos eliminado en el primer punto es relleno, no sirve y molesta. Estorba. El listado del segundo punto no hace más que recordarnos que ocuparnos de salir de shopping es tan importante como mantener en condiciones lo que ya tenemos y nos gusta. Si las prendas no están en condiciones, es lo mismo que si no existieran. Lo del tercer punto, es sólo practicidad y sentido común.

Las prendas que están de más no nos dejan ver las que sí nos sirven, y perdemos la noción de lo que realmente le falta a nuestro vestuario. Ahora que sentimos que un tsumani arrasó con todo lo que teníamos, estamos en condiciones de hacer una lista de lo que necesitamos.

Carolina
PD: En futuros post veremos qué prendas son imprescindibles a la hora de armar un guardarropa competente.
PD: ¿Reconocen el guardarropas de la foto?

Preguntando se llega a Roma

Varias veces me ha pasado que aquellos zapatos (por poner un ejemplo) que vengo buscando hace meses por todo Buenos Aires aparecen en los pies de otra señorita el día menos pensado. Tienen el taco justo, la pulsera que tanto necesito, son escotados, pero no tanto, originales, de buen cuero, ¡y en ese color que va genial con mi cartera! Y yo me muerdo los labios por saber dónde los compró, pero no pregunto.

Así como a los hombres les resulta casi traumático pedir indicaciones cuándo se encuentran frente al volante, parece que a nosotras nos pasa lo mismo con las prendas ajenas. Si para ellos es un atentado contra su masculinidad, para nosotras es como tener que aceptar que no sabemos dónde se consiguen esos tesoros. Nos comportamos como si fuesen secretos bien guardados que algunas conocen y que muchas otras mueren por conocer.

Como suele suceder con estos traumas o temores ridículos, si nos animáramos a preguntar descubriríamos que la feliz poseedora, lejos de poner mala cara, se siente halagada y enseguida se presta a darnos las indicaciones precisas de dónde lo ha conseguido. Creo que la gran mayoría de las mujeres compartimos de buena gana nuestros hallazgos. ¿Acaso vos no lo harías?

Carolina
PD: Felicitame. Hoy vencí la timidez convencida de que no podía escribir esta entrada si no lo hacía: pregunté por un par de zapatos en el colectivo :)

martes, 3 de marzo de 2009

¿Qué talle sos?

Como respuesta al comentario de Lady Astor, aquí va mi opinión en relación a los talles.

Creo que todas hemos vivido esta situación: entramos en un local, solicitamos una prenda y la vendedora nos pregunta ¿qué talle sos? Me pregunto cómo se supone que debemos saberlo, si cada marca tiene los suyos. Y entonces la vendedora se aleja un metro, entrecierra los ojos y trata de adivinar más o menos qué nos quedaría bien. Así de precisa es la medición antropométrica en la Argentina.

Mientras tanto, en 2006 Pret a Porter París presentó las nuevas medidas de los franceses, en base a un estudio realizado sobre 12 000 personas. Así se reveló que, en promedio, hombres y mujeres han ganado altura y peso. El objetivo, por supuesto, es que las marcas puedan actualizar sus talles y su moldería, "para que nadie se sienta confundido o anormal porque los talles que le ofrecen no le quedan", señalaba entonces Jean-Pierre Mocho, director de la exposición parisina.

En el ámbito local, en 2005 se dispuso la controvertida "Ley de Talles", que obligaba a los negocios a tener todas las prendas hasta el talle 48 y a eliminar denominaciones como 1, 2, 3, 4 o small, medium y large. Por supuesto, esta ley todavía hoy no se cumple.

Al respecto, creo que es casi imposible que tooddddddass las marcas trabajen toddddddddooooooss los talles, pero sí creo que debería haber un consenso a la hora de etiquetar las prendas, para que finalmente todas sepamos qué talle somos. Y las marcas, además, deberían ser lo suficientemente astutas como para no descartar a las clientas que no tienen cuerpo de modelo, ya que, en definitiva, son la mayoría.

Y el problema no termina aquí. Vaya a saber porqué misterio, las marcas creen que las bajitas somos todas small y las altas usamos todas large. No hay posibilidad de ser ancha y bajita, o alta y delgada. Ni de tener mucho busto y espalda pequeña, o poco busto y espalda grande. Entonces, a medida que los pantalones aumentan de talle, se alargan inexorablemente. Pero si una mujer alta es muy pequeña de cadera, estará condenada a que todos los pantalones le queden cortos. ¡Y ni hablar de las bikinis! Tan armoniosas nos creen que supone que un 85 de corpiño corresponde sin duda a un talle 1 de bombacha, o un 95 a un talle 3.

O las argentinas tenemos cuerpos ideales, o las marcas desconocen profundamente a sus clientas. O las conocen y no les importa. Y entonces nos vemos obligadas a buscar las marcas que de casualidad nos queden.

Dada la situación, mi consejo para ir de shopping es pedir el talle que creemos que nos quedará, junto con uno más chico y uno más grande. También existe la posibilidad de que, dada la mala moldería de las prendas, ninguno nos quede bien. Por ello, debemos tratar de identificar las marcas que manejan moldes y prendas que nos calcen correctamente, y recurrir a ellas cuando necesitemos algo. Con el resto de las marcas, será cuestión de seguir el método de prueba y error, ya que, a la hora de definir el talle, paradójicamente, no se han tomado medidas.

Carolina
PD: Debo aclarar que Peter Pan y Maidenform son las únicas marcas de ropa interior que combinan, en los corpiños, el tamaño de las tasas con el de contorno de espalda, para ofrecer la mejor opción para cada clienta.