martes, 18 de febrero de 2014

Estoy embarazada: ¿qué me pongo?

Ya sabemos que estar embarazada es algo maravilloso. Una nueva vida llega al mundo de nuestra mano. Pero es un camino que involucra un torbellino de emociones, gran cantidad de cambios y, por supuesto, también conflictos con nuestra imagen.

Ya sea que subamos de peso lo que corresponde o un poco más, el cuerpo se va transformando en otro que no conocemos tanto como el nuestro.

Paradójicamente, nunca me fue más fácil vestirme que cuando estaba embarazada. Y no usaba ropa específica de maternidad, salvo dos pantalones de jean y algunas remeras/tops con mucho espacio para la barriga. El secreto fue elegir prendas aptas para el embarazo y usar solo esas. Como había poco para elegir, era más fácil armar los conjuntos. Y dejar de intentar ponerme lo que ya no me entraba.

Aquí te dejo algunos tips que te serán de gran ayuda si estás atravesando este hermoso momento y querés disfrutarlo a pleno sin amargarte frente al espejo.

1. El embarazo es un momento pasajero. Este desbarajuste dura nueve meses, más unos cinco o seis más después del parto, pero después - con más o menos esfuerzo según el caso - el cuerpo vuelve a ser el mismo. Bah, casi el mismo (en la mayoría de los casos). O sea, si estás en crisis, recordá que el motivo bien vale la pena y repetí "esto también pasará".

2. El vestido mágico. Los vestidos de corte princesa y escote en V serán tus grandes aliados. Yo compré unos 5 más o menos, y los usé prácticamente todos los días. Manga larga, medias largas (pantimedias) y botas en invierno. Manga corta y sandalias en verano. Con remera/top debajo si hay mucho busto y tiene mucho escote. El escote V es ideal para casi todos los cuerpos (solo prohibido para rostros muy alargados) e ideal para el busto que se va agrandando. La mayoría de estos vestidos los seguí usando postparto y mucho tiempo después. Así que es una inversión a largo plazo que rinde.

 Angelina no se equivoca nunca.

Como lo que queremos por lo general es afinar la silueta, lo ideal es que sea un solo color o un estampado bien chico. Tener uno negro y otro en un color neutro que nos guste me parece imprescindible porque los hace versátiles para renovarlos con accesorios y cambiar el look aunque usemos el mismo vestido.

El escote V y corte princesa funcionan
también en invierno.

Si tu pregunta es si es mejor el vestido que una falda y top, la respuesta es sí. Y es porque si segmentamos menos la figura la estilizamos más.

 Corte princesa en versión más casual.

Y el vestido debe abrir debajo del busto en línea A o evasé y NO volver a ajustarse sobre el cuerpo salvo que quieras verte como Jésica Simpson en la foto de abajo.

Jésica Simpson.

3. Ropa interior. Aquí si hay que invertir. Aunque no te guste, hay que comprar corpiños y bombachas más grandes (en casi todos los casos). Es un gasto que vale la pena porque todo va apretando y ajustando a medida que pasa el tiempo y es como un recordatorio permanente de que nuestro cuerpo no es el mismo. Por suerte, hoy hay modelos de maternidad y talles grandes muy bonitos.

4. Pantalones. Yo te diría que inviertas solo en tres: uno para casa, bien cómodo; un jean informal; un pantalón de vestir formal (si es que lo necesitás para trabajar). Y nada más.

5. Tacos.  No es momento de estar haciendo malavares arriba de unos stylettos. La realidad es que hay que cuidar el cuerpo y al bebé. Pero el zapato ultra chato tampoco es lo mejor para la columna. Por suerte, lo ideal es de tres centímetros aproximádamente. Y si vas a salir o a tener una ocasión especial en la que no tengas que caminar mucho puedes subirte a un taco chico o una plataforma mediana. La realidad es que un poco de altura adelgaza instantáneamente.

6. Estar impecable. El cuerpo no esta bajo nuestro control. Pero no hay excusa para tener manos y pies, cabello y maquillaje impecables. Eso te dará la sensación de que puedes verte de maravilla y te reconciliará con el espejo. Es el momento en que más incapié debemos hacer en estas zonas de nuestro cuerpo.

 Kate Hudson, embarazada y espléndida.

7. Accesorios. Si te aburre tener pocas prendas para vestir, puedes renovar los conjuntos con accesorios. Las chalinas son un poco complicadas porque su gran tamaño se suma al tamaño de la dupla busto + barriga. Mejor los pañuelos y collares cortos (no los largos que se suben sobre el busto), las pulseras y los aros importantes. Las carteras de color son otro elemento para levantar un conjunto. Carteras medianas y no bolsos XL. Los accesorios es de las pocas cosas que podemos comprar de la misma forma que lo hacíamos antes de la pancita.

8. Monocromía. Estar vestidas de pies a cabeza del mismo color adelgaza automáticamente. Si esta alternativa te parece aburrida, puedes usar distintas texturas (lanas, algodón, cuero, etc) en el mismo tono. O por lo menos, intenta segmentar lo menos posible. O sea: si tienes vestido, medias y botas del mismo color; si llevas pantalón, del mismo color del top/camisa, o del mismo color que los zapatos. Puedes sumar más colores en los accesorios.

9. Entallado. Y tu me dirás, ¡estoy más grandota que nunca y tu me dices que lleve ropa entallada! El secreto es no estar ni toda apretada ni toda embolsada. El efecto bolsa con el que escondemos el cuerpo debajo de prendas enormes y sin forma es altamente contraproducente. Nos hace ver todavía más grandotas. ¡Y sin forma! El lugar para entallar es debajo del busto. Y luego lo ideal es que el top/camisa/vestido abra en evasé.

 Gwen Stefani "embolsada"

Tampoco sirve ir ajustada y apretada de pies a cabeza. Salvo cuando eres super flaca y tu barriga es pequeña todavía.

Si no puedes evitar ir un poco ajustada, lo ideal es llevar una prenda ajustada y la otra suelta. Preferentemente una entallada (que no es lo mismo que ajustada) y una suelta.

 Hilary Duff: toda apretada/ajustada
no beneficia un embarazo avanzado.

10. Un buen baño. El agua limpia, renueva y purifica. Si has tenido un mal día, nada como un buen baño. Nuestro interior se deja ver en nuestro exterior, pero tambien funciona al revés. Si estás medio bajón, lo mejor es darse una ducha, arreglarse el cabello y el maquillaje, vestirse cómoda pero con algo bonito y aunque tus problemas no habrán desaparecido, estarás de mejor humor para tratar con ellos.

¿Te ha servido de ayuda? ¡Espero que sí!

Carolina Ryan

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